14/1/09

...vacaciones...

Hay ciertos momentos en los que reflexionamos más que en otros. Por mi parte, reflexiono a diario, no sólo de las cosas que hice o dije, sino principalmente de las que me hicieron o dijeron. Supongo que la mayoría de los seres humanos hacen así...En fín, eso no importa. Estoy hablando de mí y de mis reflexiones.
Me encuentro con situaciones encantadoras casi a diario. Estar de vacaciones es grandioso, porque te permite no sólo descansar, disfrutar, divertirte y manejar todo a tu ritmo, sino que además te proporciona la búsqueda y el encuentro inesperado. No me hagan caso. En realidad los encuentros y las búsquedas inesperadas son a diario, los 365 días del año y no sólo durante las vacaciones. Lo que quiero decir es que quizás, cuando uno está de vacaciones, uno mismo se encuentra más predispuesto a todo eso. Nada ni nadie te corre, te atropeya o exige. Te distendes...
Yo, por mi parte, digo que no veo la hora de que mi viaje llegue. Sí, este febrero me voy de viaje, me voy al Norte. Un recorrido típico: Tucumán-Salta-Jujuy. Típico, pero que yo todavía no hice. No veo la hora de agarrar mi mochila mochilera-qué paradoja-y arrancar rumbo a tierras, gente, sensaciones y experiencias innovadoras.
No veo la hora.
Mientras esa hora y ese dían llegan...yo los espero. No sentada, no de brazos crusados. Sino saliendo a buscar la vida.

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